“MÁS MATAN LAS RECETAS QUE LAS ESCOPETAS”
Comienza la liga de segunda
autonómica en el IES Tegueste y lo hace con victoria local luego de un
encuentro engañoso y con mucha filosofía de baloncesto. Los jugadores foráneos apostaron por la
intensidad en todos los órdenes y los locales apostaron por la experiencia. Al
final se impuso la experiencia concluida la prórroga.
19-21, 36-34, 47-50, 63-63 y 78-70... Los parciales, de forma engañosa,
dejan entrever un partido muy igualado y que pudo ganar cualquiera de los dos
equipos. A algunos, que vimos el encuentro, nos queda otra idea más filosófica que
tiene que ver con el refrán de cabecera.
Dos de los pilares básicos en
esto del basket son: El acierto ante el aro y la equidad de los colegiados. Si
cualquiera de ellos te falla el resultado final de tu equipo se tambalea.
Vayamos con el primero: Ambos equipos tenían un acierto parejo en situaciones
de ataque y otro muy desigual en los tiros libres. A Cicar Tegueste se le
atragantó el tiro desde los 4,60 metros y hubo de arriesgar en las situaciones
de ataque para compensar lo que no metía desde la posición citada. La receta
obligaba a los teguesteros a unos esfuerzos mayores y a correr y defender más
que el contrario. Si San Isidro se escapaba cuatro puntos arriba y no se
acertaba con los libres luego de la falta, no quedaba más remedio que partirse
el alma por recuperar y marcar como fuese. Ahí vemos como la receta era dañina
para el enfermo. Y ahora el segundo… los árbitros se empeñaron desde el inicio
del encuentro en ser permisivos con el infractor y hacer ver que esto del
baloncesto consiste en menospreciar la falta mientras no sea reincidente. Casus
belli de los equipos honrados con las normas que los trencillas machacan y
desprecian dando ventajas a quien se pasa. Ocurre hasta en la vida diaria, si
te muestras agresivo hasta parece que te respetan más. Y en los partidos de los
enanos donde el trencilla de turno inventa el baloncesto dejando que el molestón,
empujón y abusón se salga con la suya en esos pressing que inculcan algunos
entrenadores. En el partido de hoy los árbitros querían convencer a jugadores y
espectadores de que las normas del basket eran las que aplicaban ellos y
relajaron el nivel de la falta personal en la agresividad de los jugadores del
San Isidro. El clima de indignación iba in crescendo hasta que una falta de
libro delante del árbitro quedó sin sanción. Hubo gritos y la exigencia de
explicaciones por parte del entrenador local. Y ahí viene la receta que mata,
en este caso al basket, ¡técnica al trainer! Por cierto una receta muy empleada
en este deporte: “Que protestas por algo que yo, árbitro, he hecho mal…¡TOMA TÉCNICA!”. Desde ese momento se varió la permisividad y se fue a saco
perjudicando nuevamente al conjunto local.
Y la prórroga dictó sentencia. Se
mejoró el acierto en los libres y se vigiló pitar sin vacilaciones.
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