BALONCESTO

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CICAR TEGUESTE 86 COSTA LAGUNERA 68

"A QUIEN MADRUGA DIOS LO AYUDA"
Cuarta jornada de la liga de 2ª autonómica.  y partido en casa, de nuevo, esta vez contra Costa Lagunera. Problemas en el Pabellón de los Tejineros hacía imposible su uso y por eso se intercambian los encuentros. Partido difícil y de responsabilidad: "No se puede perder con los de abajo".  El rival lleno de nombres ilustres y hasta conocidos por estos lares. Distinto a los anteriores  porque Cicar Tegueste supo hacer sus deberes pausadamente y no dio opción al equipo visitante para hacerse con el partido. Los teguesteros ocuparon perfectamente sus espacios y supieron parar a los temidos y dar la sensación de poder más que de solo querer como otras veces.
14-9, 42-23, 61-42 y 86-68... Que nos permite ver como poco a poco, cuarto a cuarto, Cicar Tegueste fue cimentando su victoria. Y es que por una vez, y sin que sirva de precedente, se atendió a esa máxima que explica el refrán: A quién madruga Dios lo ayuda. Cicar Tegueste exponía su juego fácil y obtenía rentas con su defensa intensa. Un hombre sobre Dani González y el rival perdía eficacia. No siempre se sacaba petróleo de estas acciones pero ralentizaba la guerra de los visitantes. A la vez movían las conciencias de los contrarios que veían quien trabajaba y qué resultados se sacaban. Y por supuesto tocaba en su ego la obsesiva individualidad de su estrella que dejaba de brillar e iba a provocar. Provocar la falta absurda y la paciencia del trencilla de turno. Hasta que salió por cinco faltas.
El primer cuarto fue movidito pero corto en el tanteo y es que las defensas apretaban y nadie se relajaba. Los foráneos venían con la pólvora mojada y sus principales espadas no estaban finos. El equipo local iba sumando y anteponiéndose a cualquier posible reacción. Con cinco arriba sonó el pitido que marcaba el final del primer cuarto. El segundo cuarto produjo el refrendo de lo sucedido en el primero. Los naranjas, segunda equipación que usan los teguesteros a la espera de que lleguen los nuevos y coquetos equipajes, dieron un recital de buen hacer y gustándose y hasta disfrutando fueron sacando de la pista a los contrarios empeñados una y otra vez en las individualidades. Un cuarto de 28-14 que abrió brecha y motivó daño psicológico. Con 42-23 se iban los jugadores al vestuario. Fin del segundo cuarto.
Pero el partido tenía pendiente una segunda parte con dos cuartos por jugar. Y qué cuartos. De nuevo la norma era el madrugar, el hacer lo bueno enseguida; y protegidos con el colchón logrado sacar el máximo de provecho. Ambos conjuntos se enzarzaron en una peles sin cuartel y ambas defensas bajaron las manos, importaba sumar más que evitar sumar. Cicar Tegueste seguía mirando el marcador y moviendo el banquillo. Todo iba sobre ruedas. 33-28 resultó ser el tanteo del cuarto más igualado. Ya el último cuarto no podía dar más de sí. Llegó la hora de rendir cuentas y alguno pagó caro su descaro. Las cinco faltas lo llevaron al banquillo. No obstante la permisividad que genera tan amplia diferencia arregló sobremanera el cuarto que cayó del lado Costero: 25-26 para acabar el encuentro con un definitivo 86-68.
En definitiva que hacer la tarea a tiempo y anticiparse a los vendavales otorgaba una placentera victoria que dejaba satisfechos a los espectadores proipios y extraños. A quién madruga... madrugaron los hoy locales y dieron buena cuenta del oponente. Dios lo ayuda... que tiene que ver con la satisfacción y la tranquilidad que genera saberse claramente por encima. Nada que decir de los árbitros que se vieron beneficiados en este encuentro.

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